martes, 21 de julio de 2009

Lo superficial de la belleza

Uno de los temas de los seres humanos en general es la superficialidad, la mayoría le hace honores, o simplemente, la práctica, los que no, en general, nos resaltamos. Algunos comienzan a ser cursis y pierden esa espontaneidad que da ser observador, ese mensaje profundo, que la mayoría ni se gasta en leer. Trato de pertenecer a esa minoría.

Hay veces donde darse cuenta de un detalle puede sumarte puntos con una mujer, en general, trato de no usarlo, para no sonar pesado, o hasta frívolo. Pero en otros casos, no es frívolo, y hasta puede ser romántico, ahora, ¿Quién marca el límite entre lo romántico y lo cursi? ¿Entre lo frío y lo frívolo? Puede sonar frívolo darse cuenta de un detalle, por ejemplo, me doy cuenta que en un anillo de una mujer hay una piedra preciosa, ¿soy más o menos frívolo del que esta al lado tratando de levantarse a la estupida que la genética o las cirugías le dieron cualidades físicas?

No se, a veces temo caer en esa frivolidad… Igualmente, lo intento, y un poco de suerte me ayuda en ese caso, hasta diría que es indispensable…

En una época, para conquistar a una mujer, había que seducirla con detalles, hoy eso ya no existe, y los que hacemos ese trabajo fino de mirar lo que a una mujer le interesa, le gusta, y tratar de darle esos pequeños gustos, o esos halagos, somos burlados, por cursis, por lentos, o por lo que fuera. Yo estoy seguro que es no forzar nada, simplemente, tratar de no equivocarse, los que nos equivocamos muchas veces, tratamos de no hacerlo más…

Sorprender a una mujer con un detalle, y ver sus ojos de encanto, sentir como le cambia la mirada, se dibuja una sonrisa, es una situación hermosa, que amerita no haber echo nada mas que charlar, tomar algo o bailar con esa mujer, ya que uno se va reconfortado. A los que nos gustan mucho las mujeres, queremos verlas bien, y cuando más se pueda cooperar, mejor…

A veces pienso que a las mujeres ya no les gusta que alguien trate de mirar donde nadie ve, esos hombres que dicen eso que ella dijo que le gustaba oír, le prestan atención a cada palabra, y tienen una sorpresa, el chocolate que más le gusta, el sector en el cine, la comida, la bebida, el vino, lo que fuera…

Prestar atención esta devaluado, ya no da rédito, sin embargo, seguiré intentando…

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