miércoles, 6 de octubre de 2010

Con la pelota bajo la suela

Una Vez cada tanto y en esos partidos que a uno le toca mirar desde el banco, el técnico te mira, mira al preparador físico, le dice tu nombre mientras te señala y acto seguido te dice “pibe, vení”.

Ahí se te vienen a la cabeza varios pensamientos, el primero es cuando tenes la ineludible sensación de que entras a la cancha, es tu momento, el utilero te pasa la camiseta, y el técnico te empieza a hablar, y ahí es cuando empieza el segundo, esa sensación de responsabilidad que te fluye por las venas cuando el técnico te dice como quiere que juegues para dar vuelta el resultado, o peor, como reemplazar a una gran figura lesionada, o lo que es peor aún “hace lo que vos sabes”.

Cuando te dicen esa ultima frase, entras, miras el marcador y dice “30’ Segundo Tiempo 0-2” hay que poner todo de uno y no achicarse. A mi, me acaban de decir eso.

Me tuve que hacer cargo del equipo, tengo la pelota bajo la suela, y en quince minutos tengo que demostrar todo lo que sé hacer con la pelota, y salvar el partido.

Este encuentro todavía se está jugando, pero en la primera jugada me saque a dos de encima, con mucha elegancia, hice una pared con quien iba por izquierda, y después, cuando solo quedaba el arquero, salí gritando gol tras toque sutil pero furioso.

Bien. Primer objetivo cumplido, ya solo queda uno para el empate, y dos para la victoria, sin dudas, estamos mejor que antes.

Ahora, viene el momento más difícil de todos, a unos escasos minutos, de esos pocos que le quedaban al encuentro, me hacen una falta en la puerta del área grande, tiro libre directo. Me paro frente a la pelota, tomo carrera, es bastante cerca, así que le voy a pegar yo. Tengo pensado que vaya por encima de la barrera, que es gol seguro.

Ese tiro libre, todavía estoy en la carrera, otro día, quien dice en la nota post-partido, sepan como me fue… Si perdimos, empatamos o ganamos el encuentro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario